Al ser las últimas piezas dentales en aparecer y haciéndolo cuando
ya se han posicionado las demás, las
muelas del juicio suelen tender a abrirse
paso desplazando los segundos molares, que a su vez desplazan el resto de piezas
sensiblemente. Es bastante frecuente que estas crezcan con cierto grado de
inclinación, en ocasiones totalmente horizontales, por lo que el efecto que provoca
en la dentadura y la posición de las piezas dentales ya establecidas puede ser
importante.
El principal problema que presentan las muelas del juicio es
la
falta de espacio, ya que nuestra mandíbula es más corta que la de nuestros
antepasados, de los que heredamos este tercer molar, ahora vestigial.
Es posible que, debido a la fuerza que ejercen las muelas
del juicio sobre el resto de la dentadura en su intento de acoplarse y
encontrar su espacio, podamos sentir dolor, hinchazón e incluso puede
originarnos alguna infección, por lo que siempre es recomendable ponerse en
manos de un dentista que pueda prevenirnos de estas complicaciones y tratar la
afección como corresponda en cada caso.